martes, 9 de marzo de 2021

Hogar

 Me traigo matecitos a mi cama como un mimo, como un regalo. Como un despertar tranquilo en la intimidad de mí refugio. 

Mí refugio: la cama, la casa, el patio. No recuerdo haber adorado de tal manera un espacio. Afuera de todo lo demás, adentro de dentro mío. 

Y afuera, todo lo demás. La hostilidad humana y el tiempo veloz que se me escapa.

Lo pequeño del pueblo que me ahoga, confunde y encierra y lo grande del monte que me libera. Las personalidades que soy, que son... Y el sol, aún no sale.

Qué quiero, qué muestro, qué doy y qué estoy dispuesta a recibir. El silencio está cerca, después de tanto alboroto. Qué placer. 

Otoñar, menguar, el fuego y el hogar. ¿A dónde estaré yendo?. 





En mi letargo, una taza de café es un oasis. No estoy sola. Junto a ellas buscamos una cafetería. Entre árboles, se esconden unas escaleras ...