sábado, 22 de mayo de 2021

Balanza lunar

 La luna siempre me encontrará, 

aunque yo me crea 

que juego muy bien a las escondidas.

Aunque crea conocer su trayectoria, desarmará las direcciones 

para escurrirse a mi ventana. 

A mí nueva ventana...

y yo estaré ahí, obnubilada ante tanta lucidez,

y tanta pequeñez...

Me desvaneceré en mi cama sin intenciones de dormirme, y vagamente, intentaré describir una de las pocas sensaciones recurrentes: 


Ninguna sombra me asusta, 

si no que, por el contrario, las invito a pasar...

La mirada lunática se me transforma, y en su foco, desenfoco la oscuridad que va aumentando. 

Entonces, puedo percibir como van copando el escenario

y hasta llego a creer que se podrían comer la luna entera (las sombras), 

y en un momento, cuando parece que esto último podría suceder, 

la luz lo invade todo, como un relámpago... tan rápido que la oscuridad desaparece, 

y puedo ver el monte nuevamente, 

y escuchar el canto de ese pájaro que continúa siendo un misterio, 

y puedo verme viendo la luna, buscando los cráteres conocidos. 


Entonces, la sensación vuelve a comenzar, 

y así... 

Hasta que me despierte el día.

En mi letargo, una taza de café es un oasis. No estoy sola. Junto a ellas buscamos una cafetería. Entre árboles, se esconden unas escaleras ...