miércoles, 4 de abril de 2018

Las palabras llegan hasta un punto y luego viene dios.
He preferido arder en el infierno que ahogarme en las profundidades.
El océano se vuelve mártir y lloro mares. Por eso las lágrimas son saladas.
Naufraga, me arrastro hacia una caverna donde los sonidos se apagan, excepto, el de un lápiz escribiendo una verdad contra el papel.
Las palabras llegan hasta un punto y luego viene dios.

Sanagasta 8-1-18

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