miércoles, 9 de mayo de 2018

Porque una mañana despertó al revés, Paula 
se levantó y decidió irse al río,
dónde conoció un crío
que le dijo
"Nada de lo que aprendés, es lo que sabés".
Y en cuanto llegó el frío, el niño desapareció como un suspiro.

Paula salió del agua y se encontró con un ciempiés, se preguntó cómo podía ser, cuando ella se tropezaba (solo con dos pies) una y otra vez.

Quiso tomar otros caminos, y escogió el que parecía con menos ruidos. Y entre silencios, conoció un suave viento que le dijo
"De un momento a otro, la nada se revela, y la brisa se vuelve tornado".

Entonces Paula, miró su destino. Cerro los ojos y giró mil vueltas. Al abrirlos, vio la nada misma.
"No es tan fácil ver las estrellas, cuando se nublan los ojos", la noche le dijo.

Asustada, inmediatamente volvió a su cama. Pidió que en sueños se revelara su corazón y ya dormida, un pasado revivió.

Enojada, volvió a despertar y sin darse cuenta, comenzó a ver la realidad.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

En mi letargo, una taza de café es un oasis. No estoy sola. Junto a ellas buscamos una cafetería. Entre árboles, se esconden unas escaleras ...