mientras yo amanecía entre cemento y cenizas
y las bocinas
me aturdían
Y en la calle, era esclava de la tiranía
del machismo
Se adueñaron de mi cuerpo y mis sentidos.
Me mezcle entre multitudes
escondí mis pasiones e inventé nuevas actitudes.
Se lo creyeron, creyeron conocerme y comenzaron a quererme
me abrazaron
otra pieza del sistema que se queda quieta esperando que la muevan.
Me vendieron
la felicidad en un frasco y la compré con entusiasmo
me vestía como me decían para vivir una vida que no era mía
era de ellos y yo respondía
a un jefe que babeaba por mi alma
y con ganas
yo aceptaba que respiren de mi aire por un sueldo.
Qué extraño
me sentía libre cuando contaba los centavos y los gastaba
en venenos
que ellos me vendían como comida
y me enfermaba
pero para eso hay pastillas
que apaguen los sonidos
que mi cuerpo expresaba gritos
"Me están matando y vos creés que te están curando".
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