Solía pensar que el crecimiento, que el camino hacia la adultez, tenía que ver con cuentas a pagar, trabajos que adviertan cierto estilo de vida (con el privilegio de condiciones que nos permitan elegir), con la formación de una pareja "estable" sin preguntar tanto que significa eso, con procrear, con mantener la salud física, con divertirse de vez en cuando pero justo lo que se debería... y sí, un poco tiene que ver con todo esto y aún más, pero no esencialmente. Hay tanto más, y tanto más profundo, que no nos haría mal a las generaciones que estuvimos entrando y entrarán en esta etapa, un poco más de información. Para así adentrarnos con un poco más de claridad... o eso me hubiera gustado que se me dijera, o es lo que me gustaría compartir.
Me he convertido en mi propia salvadora. Ningún dios, ningún ángel vino a salvarme cuando rogué por asistencia. Al final del asunto, dentro de los pozos más inhóspitos, sumergida en las aguas más turbias y densas, en los desiertos donde los rayos del sol encienden la tierra, estaba yo y nadie más que yo, y éste es el viaje más difícil que sigo atravesando. Creo que la parte más dura, la más incomprensible, sucede cuando nuestra vida se ve tan afectada y moldeada por las decisiones de otras personas. Que no se malentienda, en general, no suelo delegar mis decisiones a los demás... aunque sí escucho visiones ajenas. Me refiero a esas decisiones que personalmente han elegido terceros, que directamente nos afectan, sobre todo en la niñez o en momentos de confusión, estando tan sensibles al entorno. No quiero referirme desde un lugar de resentimiento y juzgamiento, aunque así pueda sonar. Sino más bien, desde un lugar de espectadora de mi propia vida, en relación con la vida de los demás.
La duda, ha conformado y delimitado más caminos de los que me gustaría haber tomado, y es parte de mi crecimiento, dejar de dudar. Pero qué difícil es dejar de dudar, cuando ciertas decisiones en el presente, tiene tantas posibilidades de generar universos en el futuro inmediato y lejano... y cuántas de esas posibilidades, por más que lo intentemos, no se nos ocurren o no son conscientes. Y aún más difícil cuando sabemos que es el dolor, quién guiará todos esos imaginados caminos.
En este momento, una grieta se ha abierto. Puedo imaginar realidades paralelas, puedo tratar de ver la red que forma el todo (aunque no sé si realmente me acerco), y sin embargo, este lugar tan cómodo que es la duda convertida en hogar, comienza por paralizar mis piernas. Entonces comprendo, la necesidad del tiempo dilatado, no para sobrepensar y dar vueltas, sino para tratar de decidir con cierta consciencia.
La ansiedad, como contraparte, me juega siempre una mala pasada. ¿Cómo se abandonan los viejos hábitos que en algún momento nos han permitido sobrevivir?. ¿Se puede confiar en la impulsividad de una acción contraria a la conocida?. En el camino de la adultez, ¿existen las treguas de la vida?.
Algunos temas de los que me hubiera gustado ser advertida son los siguientes:
- La certeza de que las certezas se posicionarán sobre la torre cayendo.
- El movimiento es lo único constante. Aplica para los hogares, los gustos, pero sobre todo, para las personas. Y al ser ésta la constante, es imposible tratar de limitar el movimiento, además de ser un acto egoísta y carente. Aplica, sobre todo, a nosotrxs mismxs.
- La sorpresa es el vehículo de la pasión.
- La pasión puede ser la perdición si se la idealiza.
- Cuando se cree que no se puede, casi seguro se pueda más, pero el poder más queda en vos.
- Está permitido abandonar el juego cuando éste duele. Y es menester, saber las reglas del juego antes de jugar.
- Nunca sabremos por entero, las victorias y las guerras de las demás personas. La única pista, son sus ojos y nuestra vibración, lo más despersonalizada posible.
- Los cuidados no son cuidados si son mentiras.
- La verdad es una percepción subjetiva, y aunque tengamos la múltiples verdades, será imposible acceder a esta, si no escuchamos con el corazón.
- Más que suponer, como me dijo una amiga, no deberíamos accionar mediante la suposición de lo que deberíamos hacer.
- Nuestro espíritu querrá expresarse en muchas oportunidades, casi en la mayoría de las veces, aunque el patova del ego esté en la puerta. Esto puede traer, en lo que conozco, dos eventos: rechazo, por el peso que nos da nuestra propia mirada ajena, y el alivio que encarna el disfrute de dejarse ser y ver.
- Las verdades a veces duelen, pero siempre alivian.
- Por cada velo que se cae, rebrota una semilla que parecía inexistente.
- No hay ángeles, pero hay tesoros que son personas, y llegan sin la búsqueda de los mismos.
- La muerte es repentina. La vida también.
- Cuando el deseo sucede desde el centro de poder, no llevarlo a cabo, puede enfermarnos muy seriamente.
- El corazón puede doler, pero no durará por siempre, aunque parezca imposible de creer. Que no dure, no significa que desaparezca.
- El ser humanx necesita aire clarito, agua pura y amplitud en la visión.
- La zona de confort es la zona de incomodidad. El acostumbramiento es la mayor ilusión.
- La danza expresa libertades encerradas.
- Los miedos pueden ser puertas o ventanas o túneles o laberintos.
- El decreto mental existe.
- Las máscaras existen.
Si yo hubiera sabido todo esto, ¿realmente hubiera crecido?. ¿O es este el camino que nos dijeron que íbamos a transitar?.
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