"El cuco existe, es un hábil nadador. Abrí tu corazón", enseñó.
No por lejanos eran idílicos los tiempos del abracadabra.
En mi letargo, una taza de café es un oasis. No estoy sola. Junto a ellas buscamos una cafetería. Entre árboles, se esconden unas escaleras ...
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