He movido mi cuerpo
Y me he movido de él.
He caminado miles de pasos,
incontables en verdad.
Te he arrancado de mi vida
pero, a veces siento que en realidad,
no pude hacerlo jamás.
Mi corazón fue cenizas.
Mi corazón desapareció.
Y a veces fue la obsesión quién de él se adueñó.
Se hizo toda de mí y de los demás.
Se dibujaron fantasías
que acribillé
antes de que se terminaran de formar.
Creo, que después de nosotros,
jamás
volví a atreverme
a siquiera imaginar
todos los absurdos planes
que con pureza
y con inocencia
desplegamos entre sábanas.
Mi pelo aún se adorna con flores.
Y aún sé cómo sabe tu piel.
Aún me pongo nerviosa al esperarte como la primera vez
y sonrío,
Y me río
desde el centro de mi panza,
al escucharte
Ser.
domingo, 2 de diciembre de 2018
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