Siento como vuelve a aparecer el sol
aún con los ojos cerrados
como si mi cuerpo se abriera
lentamente.
Miro entonces al cielo
y compruebo que el calor no es sólo interno.
En el patio de mi casa
siempre cuando salgo
veo una torcaza, como si nos pusiéramos de acuerdo para vernos.
Nos reconocía hembras a ambas,
y hoy, me regaló fertilidad en abundancia.
Poco a poco
se va reconformando el hogar eterno,
aunque a veces lo estuve perdiendo siempre termino volviendo.
En el silencio, entendí que
quien quiere, aparece
se perdona,
y elige.
Siempre elige.
miércoles, 20 de marzo de 2019
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