Veo
el movimiento de los músculos de tu cara,
veo tus poros,
tu sombra,
tu prohibida piel que se desarma sin etiqueta,
tu respiración en calma
y los espasmos de tus dedos.
Sin embargo,
tu piel no brilla,
tus ojos no sueñan
y la voz de tu alma, se esconde.
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