domingo, 31 de marzo de 2019

Cuidar tus sueños
proteger tus rutas
Y susurrarle a tus oídos
vos podés

Acariciando tu pelo
ver los brillos de una pollera
y desear vertela puesta.

El barrio entra por una ventana ajena
sosteniendo una copa de vino,
intento que el humo de mi tabaco
no se impregne en tus sábanas.

El fuego no me deja apagarme
Aunque una gota de agua me toque
sin permiso
Miro el cielo buscando lluvia
pero solo encuentro a Marte y al
Imparable
Amanecer.

Me pregunto si seguiré durmiendo hasta el mediodía
agradeciendo verte como lo primero de mi día.

Boto el tabaco hacia el abismo
esperando no generar un incendio.

Un poco ebria
le confío a esta hora en que conviven  pájaros madrugadores
y murciélagos
cuánto es que te admiro.

miércoles, 27 de marzo de 2019

o amor em paz


Comencé por respirar
el puente de su cuello.
Con los ojos cerrados podíamos rendirnos al mareo,
pero mis labios eran guía en este virgen terreno.

Rocé suavemente su hombro derecho 
con mi boca,
a la vez que mis manos acariciaban 
su vientre,
y casi sin tocarnos demasiado,
bailamos el etéreo ritmo 
que solo los esclavos se animan a desarmar
desvalijándose de sus cadenas,
para librarse a la meditación que surge,
sola y únicamente,
de la electricidad conducida por un mar calmo.

Mi mano izquierda alcanzó,
hipnotizada,
su pecho izquierdo…
hasta resignarse en su garganta,
a la vez que mi mano derecha rodeó siempre su vientre
hasta alcanzar su cadera baja.

no se escuchaba más
que el silencio
del incipiente deseo
por socavar
ese portal 
tan vacío de miedos.

entendí que no me alcanzaba con mojarme
con el agua tibia del cielo
hasta que sentí la ofrenda de su saliva en 
mis dedos, mientras sostenía su mandíbula.
y entregándome a sus disimuladas exigencias
acabé
por acariciar sutilmente
su punto de inflexión,
para claudicar en unas últimas palabras:
“no creo que resista amarte aún más como en este momento”

Afuera llovía
y adentro también.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Siento como vuelve a aparecer el sol
aún con los ojos cerrados
como si mi cuerpo se abriera
lentamente.
Miro entonces al cielo
y compruebo que el calor no es sólo interno.

En el patio de mi casa
siempre cuando salgo
veo una torcaza, como si nos pusiéramos de acuerdo para vernos.
Nos reconocía hembras a ambas,
y hoy, me regaló fertilidad en abundancia.

Poco a poco
se va reconformando el hogar eterno,
aunque a veces lo estuve perdiendo siempre termino volviendo.

En el silencio, entendí que
quien quiere, aparece
se perdona,
y elige.
Siempre elige.

Dicen que en las horas impares nacen los más infames delirios. 

Una estela
demuestra
trazos pasajeros

A vos
te voy a amar
toda la vida
Pero el día
que no haya mar
vendrá Dios
para aclarar
Que la caída
anida
no más que fallidas rimas
y que el amor
nada tiene que ver
con la falta de voz.

lunes, 18 de marzo de 2019

6

/Estoy tan cansada de escribirte cartas y quemarlas para sentirme libre de vos. ¿A cuántas cartas hechas llamas se deja de sentir?
/No doy una pregunta clara.
Cada vez que te veo me pierdo a la vez que me encuentro.
/Si pudieras leer estas palabras ¿Qué sentirías? Porque al escribirlas puedo sentir como por entera me convierto en un obscuro océano agitado por una tormenta eléctrica.
/Al despedirte, me despedí de ciertas posiblidades. Y este amor tan egoísta que te tengo te hace reaparecer como un embrujo conjurado por un ser demasiado maligno.
/No suelo ser del tipo que ve bendiciones en los respirares.
/Tuve una parálisis. A mi izquierda, una sombra demasiado negra estaba acercándose, no tuve el valor de mirarla. Una voz me dijo que si lo hacía, desaparecería, cómo todos los miedos...
La dureza de mi cuerpo,
el fuego en mis manos,
el latir de mis párpados
y la presión en mi pecho.
/Camino tres cuadras
y me tiemblan las piernas ante la posibilidad de cruzarte.
¿A qué rincón de la tierra debería exiliarme?
/Tengo tus memorias tan presentes como el correr de la tinta en esta carta.
/El miedo inexplicable de tenerte en mi vida.
/Ya no puedo pensar si todo esto es karmático, no soy un ser pragmático y menos simplista. Le ando dando vueltas al aire solo porque puedo.
No sé si es una guerra de egos, o si estoy tan desquiciada como para seguir queriendote.
Ninguna situación fue el límite. Ninguno estableció un límite.
Y ahora que acá estamos, se me hace todo
un torbellino demasiado veloz como para tomar consciencia del siguiente paso.
/Veo a la gente pasar y me pregunto si soy la única, simplemente, porque la intensidad se me hace carne.
/Las 18.36 (9) son las horas de mi muerte. Dejo de ser y aclamo en mis adentros con fervor, que por favor, el tiempo se consuma y así, también mi condena.
/Desde que te amé, cambié tanto.
Cómo si desde esa mirada que me traicionó y te coronó, algo se hubiese activado.
Tengo la certeza de, que quién enamorado, no vuelve a ver la vida de la misma manera, ni nada vuelve a ser lo que era.
Estoy segura porque sino me paso en la primer media hora, no me sucederá aunque dure media hora y un minuto más.
/Miles de kilómetros literales, y aún así, cuando te sentía, indudablemente aparecías.
/Te extraño demasiado...
Quedé devastada.
/Si él es el diablo, yo cometo pecado.
/Estoy tan cansada de estar.
No me sale.
No siento mi poder y mi fuerza.
Soy frágil a tus manos y se rompen todas mis venas.
/Deseé tanto que fueran otras manos la que tú piel acariciaran, y sin embargo, acá estamos... Otra vez, otra carta, y vuelvo a ser la adicta a la morfina de tus abrazos.
/Es tan dulce volver a saborearte.
/Creo que fue la última vez,
no sé
si herí demasiado a tu ego por exigencias que demuestran la persona intolerante y ambiciosa que soy.
Lo quiero todo y ya con vos, y vos
sos lento como el paso del tiempo
durante el sufrimiento.
/Un par de cuerdas cuentan:
Fumar y hacernos el amor con paciencia.
Viajar, embarcarnos en todas las maneras habidas, por haber y las que inventemos.
Acaraciarte en la próxima lunación.
Que me veas entera y brillante.
Sentir la plenitud del espacio...
Una nueva tierra.
De tu mano, una flor selvática en mi pelo.
El amor bailando.
Tengo tantas ganas de reconocerte.
Ver tus ojos al contarte mis sueños.
Y si no, si no sé o si nada...
me gustaría saberlo, para entonces así dejes de invadir mis sueños.
/Te amo tanto que el tiempo no me alcanza para contarlo,
/sin embargo,
el viento de poco se lo va llevando
en otra carta en llamas.

(1).
Podría despedirte mil veces más,
pero no podría darte otra bienvenida,
nos dije.
Y una vez más,
por boca larga e impulsiva,
me salio el tiro por la culata
y te mandé al muere
con una sola palabra.

Pasado. 

En mi letargo, una taza de café es un oasis. No estoy sola. Junto a ellas buscamos una cafetería. Entre árboles, se esconden unas escaleras ...